El centro de Caracas se ha visto inmerso en un motín. Los presos no han aceptado la decisión del Gobierno de desalojar un penal próximo y, desde el pasado 27 de abril, han amagado en varias ocasiones con amotinarse. La semana pasada una bala disparada desde una celda mató a una persona en un edificio vecino. En las ultimas horas podría haber tres personas heridas que caminaban por las cercanías. El Gobierno, aunque tarde, se ha dado cuenta de que la carcel, no puede continuar ahí. Construida para albergar a 400 presos, triplica su número de inquilinos. Pero el hacinamiento es un problema menor si se compara con que muchos de ellos, además, tienen armas de fuego. Trescientos reos mueren al año en el país en peleas internas. Los alrededores del penal están tomados por más de mil agentes de seguridad. Se ha cortado el tráfico por las carreteras que están a tiro del recinto, incluso una autopista que llega hasta el principal aeropuerto del país.
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