TRAS SER CAPTURADO EN TEMALAC, JOSÉ MARÍA MORELOS FUE TRASLADADO A LA CAPITAL DEL VIRREINATO.
LA MADRUGADA DEL 22 DE NOVIEMBRE DE 1815 MORELOS FUE TRASLADADO EN UN VEHÍCULO PARA PRESIDIARIOS AL PALACIO DE LA INQUISICIÓN, SEDE DEL TRIBUNAL DEL SANTO OFICIO, DONDE SE JUZGABAN A QUIENES SE CONSIDERABAN ENEMIGOS DE LA RELIGIÓN.
ESPOSADO DE PIES Y MANOS, MORELOS FUE ENCARCELADO EN UNA MAZMORRA. UN TRIBUNAL LO ACUSÓ DE HEREJE, APÓSTATA DE LA FE, LIBERTINO, ENEMIGO DE LA RELIGIÓN Y DEL ESTADO.
SU CONDENA FUE LA DEGRADACIÓN SACERDOTAL, CONFISCACIÓN DE BIENES, RECLUSIÓN EN ÁFRICA Y PRIVACIÓN DE BENEFICIOS ECLESIÁSTICOS. ADEMÁS, SUS TRES HIJOS FUERON DECLARADOS "INFAMES".
SIN EMBARGO, EL REPRESENTANTE DE LA AUTORIDAD REAL PIDIÓ SU EJECUCIÓN MEDIANTE LA DECAPITACIÓN Y QUE SU MANO DERECHA FUERA AMPUTADA. EL VIRREY CALLEJA APROBÓ QUE FUERA EJECUTADO, PERO PROHIBIÓ QUE EL CADÁVER FUERA DESMEMBRADO.
MORELOS FUE TRASLADADO A LA CIUDADELA PARA SER SOMETIDO A UN JUICIO MILITAR POR SU APOYO A LOS INSURGENTES. AHÍ PASÓ SUS ÚLTIMOS DÍAS.
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