Los primeros instantes del Papa Francisco en México sirvieron de intensivo entrenamiento para el Sumo Pontífice de lo que le espera en este viaje de cinco días por la Norteamérica hispana. México es muchas cosas, es muchos méxicos, pero desde luego es una de los lugares más cálidos y hospitalarios del planeta y se lo quiso dejar claro al Sumo Pontífice desde el segundo uno.
El avión papal de Alitalia llegaba al hangar presidencial a las 19:30 horas mientras tronaba uno de esos himnos patrios: "ay, ay, ay, canta y no llores". Detrás, un grupo folclórico calentaba una noche fría a un público entregado que no paraba de celebrar la llegada.Y entonces se abrió la puerta del avión y se desató la primera locura. En las escalerillas esperaba el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa, Angélica Rivera, que ha asumido parte de los preparativos de bienvenida. Y los preparativos de bienvenida se convirtieron en un show de luces, cantos y bailes.
El público, mientras sonaba alguno de las canciones creadas por la visita, agitaba sus móviles en un guiño de 36 años. Entonces, en 1979, se recibía al Papa Juan Pablo II agitando espejos que creaban reflejos. La tecnología ha facilitado ahora las cosas. Luego llegó el besamanos, los momentos en los que el Papa se acercó a niños, enfermos y ancianos a bendecirlos y una primera salida por las calles de la ciudad en un multitudinario recorrido por las calles con el papa-móvil.El Papa ya está en México. Hoy. comienzan los actos oficiales con la visita al Palacio Nacional y la esperada misa de la Basílica de Guadalupe.
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