México es un país que está dividido por lo menos en dos. El de los ricos, donde las cifras macroeconómicas cuadran a la medida con las riquezas. Es un México real situado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) entre las 11 economías más poderosas del mundo, con más de 2 billones de dólares del Producto Interior Bruto (PIB) a niveles del Reino Unido o Italia.
Pero esa realidad sólo en las casas ricas importa y se vive. La triste realidad está con la mayoría.
Más de la mitad de los 40 millones de niños que hay en todo el país son pobres. 21,4 millones de niños no conocen que es un servicio básico como la educación, la salud o un servicio social. 4,6 millones en la pobreza más extrema.
Este es un estudio del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés), que además alerta que la mayoría de esos infantes serán pobres toda la vida, y que los mexicanos pagarán este sesgo con una furiosa delincuencia desenfrenada.
Pero, ¿Cuál es la causa de que un país con muchos recursos naturales, con riquezas, con 120 millones de personas, la mitad sea pobre?
Intelectuales y escritores afirman que es la política neoliberal que tiene contra la pared a los habitantes del país azteca. Política de saqueo, corrupción y abandono del pueblo con el fin de manejar macro negocios y enriquecer a las clases poderosas, como si la pobreza fuera un juego, o el resultado de un negocio redondo.
Por si fuera poco, como una especie de mafia oligárquica, las ideologías, los hechos y la realidad mexicana es tratada de maquillar para atenuar el descontento del pueblo: medios de comunicación que se convierten en mercenarios del poder aniquilando la capacidad de reflexión y evadiendo la responsabilidad de información, al usar el nombre de la libertad expresiva para ofrecer realidades más convenientes a las fechorías y corrupción.
¿Quién maneja el poder en México? ¿Por qué nadie ha rescatado a la pobreza mexicana con porcentajes que siguen igual desde hace casi 10 años? ¿Qué partido político o ideología es la que ha hundido a México, o más bien son todos los partidos políticos? ¿Qué tanta culpa la tienen los ciudadanos? ¿Qué tiene de sabio el refrán popular que se escucha en ese país: "tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos"?
Detrás de la Razón dirige su telescopio a Latinoamérica en busca de respuestas y más reflexiones en la política mundial. Desde los estudios de Teherán, a las diez treinta; Londres, seis de la tarde; México y Colombia, doce del día; Madrid, ocho de la noche.
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