Pérdida de hábitat, expansión de los desarrollos agrícolas, el sobrepastoreo por el ganado, y, en algunos casos, las políticas internacionales como la construcción del muro fronterizo, han generado la disminución paulatina de las poblaciones del bisonte en México, reduciendo drásticamente desde hace más de un siglo.
En noviembre del 2009 se introdujo un grupo compuesto por 23 bisontes (20 hembras y 3 machos) en la Reserva de la Biosfera de Janos, Chihuahua, México, ésta última declarada en diciembre del 2009 Reserva de la Biosfera; tiene una extensión de 526.482 hectáreas.
Los 23 bisontes son el pie de cría inicial para llevar a cabo futuras reintroducciones en otras partes del norte de México. También representan una oportunidad para realizar tareas de cultura para la conservación e investigación y recuperación de pastizales.
La manada registrada en México actualmente, se distribuye desde las faldas y pastizales cercanos a la Sierra Madre Occidental del noroeste de Chihuahua hasta el extremo noreste de Sonora. En EEUU habita desde las faldas de las montañas Ánimas hasta el sureste de las montañas Hatchet en Nuevo México.
La presencia de los bisontes ayuda a mantener la heterogeneidad del ecosistema y los servicios ambientales a través de actividades como el pastoreo selectivo, la dispersión de semillas, formación de revolcaderos, la redistribución de nutrientes por la orina y cadáveres, además de su interacción con otras especies, como con el perrito llanero, al permitirles a éstos últimos colonicen los sitios en donde pastorea.
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