Un año después del tsunami en Japón, un barco a la deriva ha llegado hasta las costas estadounidenses. Fuertes cargas explosivas han sido lanzadas por la Guardia Costera en aguas próximas a Alaska. Con esta munición consiguieron incendiar el barco fantasma hasta hundirlo. Las autoridades decidieron hacerlo porque suponía un peligro para los buques que navegaban por la zona.
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