Quienes abusan de menores no son investigados, sino trasladados de parroquia.
Cada cierto tiempo salen a la luz casos de sacerdotes que abusan sexualmente de menores y que son castigados por la justicia. Sin embargo, la mayoría de estos pederastas quedan impunes y reciben la protección de la Iglesia, que obstaculiza las investigaciones policiales y prefiere ocultar los casos a denunciarlos y hacer justicia. se explica como gracias a un decreto del Vaticano, los casos de pederastia en el seno de la Iglesia son silenciados sin que trascienda un crimen tan despreciable.
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