XOCHITEPEC, México - El hallazgo de los restos del área ceremonial de la ciudad prehispánica de Zazacatla, que data de los años 800 a 500 antes de Cristo, confirma la influencia olmeca en el centro de México, a más de 500km del área donde se asentó la civilización más antigua de Mesoamérica.En Zazacatla, situado 13 km al sur de la ciudad de Cuernavaca (estado de Morelos), en la zona conocida como el Altiplano mexicano, arqueólogos del Instiuto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han encontrado restos de templos y un par de pequeñas estatuas con características de la cultura olmeca.
La zona estaba identificada en el registro del patrimonio arqueológico de Morelos desde 1983, con 1.042 sitios, pero el INAH empezó a excavar en junio de 2006. Esta tardanza ocasionó que la expansión urbana destruyera buena parte de los restos. De hecho, la zona excavada constituye sólo una pequeña porción del centro ceremonial, el cual se encuentra atravesado por la Autopista del Sol, que comunica la Ciudad de México con el famoso balneario de Acapulco.El solar en el que se realizan los trabajos, de 9.000 metros cuadrados, está además rodeado por una gasolinera y una planta de la cervecera Modelo, propietaria del terreno, en el que planeaba construir un aparcamiento.
"Lo que sucede es que a veces nos damos media vuelta y en menos de seis meses se hacen muchas cosas. El avance urbano es terrible en el estado", se lamenta la arqueóloga Giselle Canto, responsable de las excavaciones.
En una esquina del predio se han destapado los basamentos de seis edificaciones, entre las cuales destacan dos que fueron pirámides. Ambos edificios fueron construidos a semejanza de los de la región nuclear olmeca, que abarca parte de los estados de Veracruz y Tabasco (este), en el Golfo de México, con finas lajas de roca caliza unidas con una argamasa de lodo.
Las fachadas de las pirámides estaban divididas en secciones por lajas dispuestas diagonalmente, en las que se encontraron cuatro nichos con distintas figuras de influencia olmeca. Dos de ellas representan a sacerdotes de 46 y 58 cm de altura con los rasgos del denominado 'dragón olmeca', un ser mítico producto de la mezcla de muchos seres: labios gruesos, nariz chata, ojos achinados y tocado con orejas de jaguar.
"Estas esculturas se encuentran en el área nuclear olmeca, pero no en el altiplano central", explica Canto. "En ese sentido son casi únicas", ya que se encontró otra figura similar en el cercano sitio arqueológico de Atlihuayán, añade.
También se encontraron esqueletos apilados de 10 a 12 personas, que podrían haber sido sacrificadas -y algunas descuartizadas- como ofrenda.
Estos nuevos hallazgos confirman las hipótesis de una influencia olmeca, ya esbozados por los restos de Atlihuayán, más pequeños que los de Zazacatla.
Canto defiende la teoría de que el estilo olmeca se difundió a través de las redes de intercambio comercial y que las élites de Zazacatla adoptaron sus símbolos para legitimar, en una sociedad hasta entonces igualitaria, el surgimiento de una clase gobernante basada en una supuesta relación con las deidades.
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