Alrededor de 32 millones de personas en México son consideradas bebedoras, y el 30 por ciento de ellas –unos tres millones y medio- tienen entre los 12 y los 17 años.
De acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones realizada por la Secretaría de Salud de México, hay tres millones de alcohólicos en México, y 27 mil personas mueren al año en hechos relacionados con el alcoholismo.
Por su parte, el Instituto de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal, contempla que en esa entidad cerca de tres millones de personas de 12 a 45 años consumen alcohol.
“Yo tenía todo lo que una persona se supone debe tener para ser feliz. Sin embargo, vivía insatisfecha sin saber por qué”, afirmó Karina, una joven de 18 años que comenzó a beber hace siete.
Karina hoy vive con sus padres. Es una chica que, en su propia voz, hace una vida normal. Estudia y se dedica al modelaje, por el que deja ver que siente una gran pasión.
“En la primera fiesta a la que fui, bebí hasta quedar tirada en el piso, con una laguna mental. Desperté con muchas personas a mi alrededor, preocupadas, y al verlas me di cuenta de que eso era lo que yo quería, la atención de la gente. Por ello, cada vez bebía más y empecé a drogarme con solventes y otras drogas en cuanto supe de ellos. Yo no creo que haya alguien que sea sólo adicto al alcohol. Siempre viene con él una adicción más”.
VER ARTICULO COMPLETO
De acuerdo a la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones realizada por la Secretaría de Salud de México, hay tres millones de alcohólicos en México, y 27 mil personas mueren al año en hechos relacionados con el alcoholismo.
Por su parte, el Instituto de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal, contempla que en esa entidad cerca de tres millones de personas de 12 a 45 años consumen alcohol.
“Yo tenía todo lo que una persona se supone debe tener para ser feliz. Sin embargo, vivía insatisfecha sin saber por qué”, afirmó Karina, una joven de 18 años que comenzó a beber hace siete.
Karina hoy vive con sus padres. Es una chica que, en su propia voz, hace una vida normal. Estudia y se dedica al modelaje, por el que deja ver que siente una gran pasión.
“En la primera fiesta a la que fui, bebí hasta quedar tirada en el piso, con una laguna mental. Desperté con muchas personas a mi alrededor, preocupadas, y al verlas me di cuenta de que eso era lo que yo quería, la atención de la gente. Por ello, cada vez bebía más y empecé a drogarme con solventes y otras drogas en cuanto supe de ellos. Yo no creo que haya alguien que sea sólo adicto al alcohol. Siempre viene con él una adicción más”.
VER ARTICULO COMPLETO
No hay comentarios:
Publicar un comentario