sábado, 12 de julio de 2008

Violencia se ensaña contra niños

CIUDAD JUÁREZ - Alexia Belén Moreno, de 12 años, tenía miedo de salir de la casa de su padre en Ciudad Juárez, escenario de una sangrienta guerra entre narcotraficantes. Pidió irse a la casa de su madre en El Paso, Texas, del otro lado de la frontera con Estados Unidos. Sus padres aceptaron y dijeron que se mudaría en unas semanas, cuando concluyesen las clases.

Tienen miedo

Tres días después, Alexia recibió un balazo en la cabeza a pocas cuadras de su casa, a plena luz del día. Las autoridades creen que fue víctima de un ataque en el que fueron asesinados a tiros a dos individuos que viajaban con ella en un automóvil.

Alexia se sumó así a una creciente lista de niños que perecen como víctimas inocentes de balaceras entre presuntos narcotraficantes.

Las autoridades dicen que no tienen estadísticas sobre la cantidad de menores muertos en esos incidentes. Pero diarios locales afirman que este año murieron unos 50 niños y que los narcotraficantes aparentemente ya no respetan un código que tenían por el cual no lastimaban a menores de edad.
En uno de los casos más alevosos, maleantes que atacaron a un jefe de la policía de Tijuana mataron también a su esposa y a su hija de 11 años. El mismo mes, también en Tijuana, falleció un niño de cuatro años cuando sus padres fueron baleados por error. Al norte, en Fresnillo, murió un chico de 13 años en otro tiroteo el mes pasado.

No han circulado muchos detalles del episodio en que murió Alexia en Ciudad Juárez el 10 de junio. De hecho, las autoridades ni siquiera confirmaron las identidades de los dos individuos asesinados. Pero creen que estaban involucrados en el narcotráfico.

En el vehículo viajaban otros dos niños que sobrevivieron. Sin embargo, tienen miedo de hablar con los investigadores. La propia familia de Alexia se niega a colaborar con la policía. Los únicos comentarios públicos que hicieron sus padres fueron durante el funeral de la niña.

La madre, Lorena Meléndez, dijo que su hija había pedido que se la llevase con ella a El Paso el sábado previo a su muerte. "Quiero que se haga justicia, justicia para mi hija. Era una niña inocente", expresó la mujer. Su padre lloró desconsoladamente durante el funeral y se negó a aceptar que su única hija hubiese muerto.

Las muertes de Alexia y otros menores tienen en ascuas a los padres de Ciudad Juárez. Aurora Bueno dijo que casi nunca deja que su hija Wendy, de 15 años, salga sola. "Sólo salimos para ir al almacén, al banco y a la escuela", dijo Bueno, mientras esperaba un autobús con su hija. "Si no es por eso, nos quedamos en casa. Una no está a salvo en la calle".

George W. Grayson, profesor del College of William & Mary de Virginia especializado en México, dice que hay tanto en juego en la guerra entre narcotraficantes que la matanza accidental de personas inocentes es vista como parte inevitable del negocio.

"En la mayoría de los casos, los menores que son baleados son una especie de daño colateral", expresó Grayson. "Creo que ya no distinguen entre civiles y delincuentes".

Cuando asumió la presidencia en diciembre del 2006, Felipe Calderón asignó 25 mil solados a la lucha contra el tráfico de drogas en los sitios donde esa actividad es más intensa, incluida Ciudad Juárez. Los traficantes respondieron desatando una atroz ola de violencia. Desde que comenzó la ofensiva de Calderón han muerto cuatro mil personas en incidentes relacionados con el narcotráfico en todo el país.

La matanza de menores ha causado enorme indignación en Ciudad Juárez, al punto de que se cree que unos carteles que aparecieron en la ciudad el 16 de junio, en los que los narcotraficantes niegan ser los autores de esos asesinatos, fueron colocados por los mismos mafiosos. Un afiche, probablemente colgado por una banda rival, acusa al cartel de Sinaloa de pasarse de la raya y matar a mujeres y niños.

"Ustedes saben que no había este tipo de violencia", dice el cartel.


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