Expertos proponen reforma penitenciaria.
CIUDAD DE MÉXICO - La capital del país tiene los dos centros de reclusión más poblados de América Latina, con una población mayor a los diez mil reos cada uno, advirtió la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
Según el informe del organismo local, sólo en la capital del país hay 33 mil personas encarceladas; de ellas, los reclusorios Norte y Oriente albergan el 60 por ciento de esta población y los otros ocho centros de reclusión más pequeños al resto de los convictos.
Con un costo para el gobierno capitalino de $9 al día por cada prisionero, las cárceles en México operan con serios problemas derivados de la sobrepoblación, como son la corrupción interna, las adicciones y la lentitud de los procesos.
Al respecto, el doctor René Jiménez, de la Unidad de Análisis Sobre Violencia Social del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, opinó que esta situación es sólo el resultado de las malas políticas públicas que se han implementado en las últimas administraciones en la ciudad.
Robo, un delito gravePara Jiménez, los problemas de sobrepoblación carcelaria que enfrenta la capital del país se deben a la tipificación de faltas menores, entre ellos el robo simple, como delitos graves y el crecimiento en la rigurosidad de su castigo.
En las cárceles de México no se encuentran los verdaderos delincuentes, como los de cuello blanco y los narcotraficantes, comentó.
De acuerdo con Jiménez, las celdas están infestadas de gente que no debería estar ahí, de personas que por alguna circunstancia cometieron una infracción menor y podrían seguir su proceso en libertad.
"A nivel local, este tipo de delitos incrementaron la población en las diferentes prisiones de 12 mil internos, en 2004, a los 33 mil actuales que habitan los reclusorios", indicó el especialista, "sin que la rigidez de las penas hayan disminuido los niveles de inseguridad y delincuencia que privan en la capital".
Inocentes en prisión
Para el secretario ejecutivo de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Edgar Cortés, tal crecimiento en la población carcelaria implica sólo el aumento de gente sin recursos que no puede o no sabe cómo defenderse.
El modelo carcelario de la Ciudad de México es un sistema anacrónico y deficiente, explicó Cortés, "lo que menos hace es readaptar a su población, sólo sirve como espacio de reclutamiento para el crimen organizado, quien engancha a primodelincuentes que están ahí por situaciones de pobreza e ignorancia".
Edgar Cortés recordó que en la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal existen, lo que llamó, cuotas de detenidos; es decir, cada elemento debe cumplir con un número de aprehensiones por semana y mes, lo cual incentiva a los elementos a la detención de inocentes.
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