Tijuana (México), 18 abr (EFE).- Dos policías fueron asesinados hoy por un comando de hombres armados que ingresó a un hospital de la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con EE. UU., al parecer para rescatar a un cómplice herido en un tiroteo callejero en el que murió otro delincuente, informaron fuentes oficiales.
Este hecho marcó otra jornada más de violencia en México, donde en otros puntos del país fueron asesinadas en las últimas horas al menos diez personas, presumiblemente en acciones relacionadas con el crimen organizado.
Soldados y policías lograron recuperar después de cinco horas el control del Hospital General de Tijuana y detuvieron a dos delincuentes, aunque testigos aseguran que el comando armado estaba compuesto por ocho hombres que al parecer se escabulleron en medio de la confusión al ser evacuadas más de 400 personas.
El fiscal del estado de Baja California (al que pertenece Tijuana), Antonio Martínez Luna, dijo que en el tiroteo en el hospital murieron un custodio y un policía estatal.
El tercer muerto fue un delincuente que cayó en un enfrentamiento callejero, en el que supuestamente quedó herido el hombre al que intentó rescatar el comando que irrumpió en el hospital.
Este punto no ha sido esclarecido por la policía, pues hay versiones que aseguran que los atacantes querían matar al lesionado por ser miembro de una banda rival.
Los detenidos quedaron en poder de la Subprocuraduría de Investigación sobre Delincuencia Organizada (SIEDO), que será la que determine si los sicarios pretendían rescatar al herido o "rematarlo".
Según las autoridades, todo comenzó cuando policías intentaron dar el alto a un grupo de hombres armados que viajaba en dos automóviles, lo que desató un tiroteo, en el que murió un delincuente y otro resultó herido.
Al lugar llegó una ambulancia de la Cruz Roja para llevarse al herido al Hospital General de Tijuana, adonde después se trasladó el comando armado.
El hospital, de siete pisos, con 120 camas y decenas de consultorios, fue revisado palmo a palmo por la policía.
Tijuana, fronteriza con San Diego (California), es una de las plazas disputadas por bandas del narcotráfico y centro de operación del cartel mafioso de los hermanos Arellano Félix, que ha recibido duros golpes de policía con la detención de importantes cabecillas.
En lo que va de esta semana suman más de 30 muertos, 20 de las cuales ocurrieron entre el domingo y el lunes pasados.
Del total de crímenes hoy, además de los registrados en Tijuana, tres ocurrieron en Sinaloa, dos en Guerrero, uno en Baja California, y uno en cada uno de los estados de Michoacán (oeste), Querétaro, Morelos y el Distrito Federal.
Uno de estos crímenes ocurrió el miércoles en el balneario de Acapulco (Guerrero), donde hombres armados se enfrentaron a balazos en la principal avenida del puerto.
El martes, el presidente mexicano, Felipe Calderón, envió un mensaje de advertencia al crimen organizado de que endurecerá el combate a la delincuencia.
Calderón dijo que "mientras más violenta sea la conducta de quienes criminalizan" a los jóvenes mexicanos y les conducen a la droga, "más enérgica va a ser la respuesta del gobierno".
Calderón, quien asumió el poder el pasado 1 de diciembre, ha echado mano del Ejército para desplegar fuerzas combinadas de militares y policías en diversas partes del país, entre ellas Tijuana, para combatir al crimen organizado.
En lo que va de este año suman más de 800 muertos por el crimen organizado, según fuentes periodísticas.
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