El genial cómico mexicano Mario Moreno, más conocido como Cantinflas, cumpliría mañana cien años. No sabía don Mario hasta qué punto era cierta.
Fue el creador de un personaje sólo equiparable al Charlot de Charles Chaplin, por su original y desarrapada forma de vestir y comportarse, y por ese bigote surrealista que subrayaba sólo con dos trazos los bordes de su labio superior.
Pero, sobre todo, con él creó también un lenguaje disparatado e incongruente, que en la mayoría de las ocasiones era imposible de entender, llevando así su humor a los límites del surrealismo.
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