viernes, 14 de septiembre de 2007

Insólita disputa política por plaza central de México ante festejo patrio

MEXICO (AFP) - El Zócalo, la plaza central de México, se ha convertido el viernes en escenario de una insólita disputa palmo a palmo entre el gobierno y la izquierda, que desafía el acto oficial del tradicional grito del día de la Independencia a cargo del presidente conservador Felipe Calderón.

La noche del sábado en el Zócalo habrá un total de tres réplicas del famoso "grito" del cura Miguel Hidalgo y Costilla, con el que en 1810 llamó a la rebelión contra los "gachupines" (españoles).

La rebatiña ha convertido a la plaza en un auténtico laberinto de vallas metálicas instaladas por la poderosa guardia presidencial en una tercera parte de la plancha, escenario de las manifestaciones populares en la capital mexicana.

Uno de los gritos lo dará Calderón desde el balcón del Palacio Nacional, otro el izquierdista alcalde de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, y otro más la senadora de izquierda, Rosario Ibarra, en otro de los flancos.

Ibarra forma parte de la Convención Nacional Democrática (CND), un movimiento surgido a raíz de las elecciones del 2 de julio de 2006, que no reconoce a Calderón como presidente y se ha manifestado desde entonces en casi todos los actos del mandatario mexicano.

Calderón derrotó al izquierdista Andrés Manuel López Obrador por un estrecho margen de 0,50% de los votos.

"Los símbolos patrios no son propiedad de los partidos políticos, sino de todos los mexicanos", dijo el 6 de septiembre Calderón al anunciar desde Nueva Zelanda que daría el grito.

En tanto que los seguidores de López Obrador, que ese día estará de gira en la sureña Oaxaca, consideran que dada "la usurpación del gobierno" a través de un supuesto fraude electoral, los mexicanos merecen "un grito de independencia dado por mujeres y hombres libres para honrar a los Héroes que iniciaron la lucha por Patria y Libertad", señala su convocatoria.

Además, en el Zócalo se instaló una feria de artesanías que será levantada la tarde de este viernes y, para evitar que las vallas presidenciales sigan ganando terreno, inmediatamente después los simpatizantes de López Obrador instalarán campamentos para no despegar el pie de la plaza hasta pasado el denominado "Grito de los Libres".

Los horarios de los gritos no han sido definidos aún, debido a que los izquierdistas aseguran que el gobierno federal contrató a una empresa que manejará el sonido "más potente que se haya usado en plaza alguna de América Latina para hacerse escuchar a como dé lugar", dijo a la AFP el organizador Froylán Yescas.

"Tendremos que definir si lo hacemos antes o después de ese acto", añadió.

"Quiero invitarles el sábado a reestablecer lo que será la ceremonia histórica en el Ayuntamiento de la Ciudad, en la sala de cabildos. Se va a abrir el Palacio del Ayuntamiento a todo el pueblo. Acá no hay vallas, no se necesitan", dijo a su vez el alcalde Ebrard.

Así, tres sectores del Zócalo tendrán sus protagonistas, mientras que en el cuarto lado, ocupado por la Catedral metropolitana, sólo se harán repicar las campanas, luego de que la Iglesia católica aconsejó a sus fieles no acudir a la triple celebración por temor a que se produzcan incidentes.

"No es recomendable invitar a los ciudadanos a un grito que está amenazado por la violencia. Que mejor lo pasen con sus familias, que mejor se la pasen en su casa, que hagan una verbena, porque, lamentablemente, puede que haya violencia", dijo el vocero de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero.

Los protagonistas pelearán el horario del grito que da usualmente el presidente en turno a las 11 de la noche, aunque el del cura Hidalgo fue en realidad a las cinco de la mañana del 16 de septiembre.

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