jueves, 13 de septiembre de 2007

Senado aprobó reforma electoral


'New York Times' criticó el nuevo modelo

CIUDAD DE MÉXICO - El senado de México aprobó una reforma constitucional que remueve al presidente del máximo órgano electoral, reduce los gastos y tiempos de campañas políticas y prohíbe a los partidos comprar espacios en radio y televisión para mensajes propagandísticos.

Televisoras pedían referendum

La reforma fue aprobada en lo general por 110 votos a favor y 11 en contra.

La reforma electoral fue duramente criticada por los poderosos empresarios de la radio y la televisión, agrupados en el la Cámara Nacional de Radio y Televisión (Cirt), que pidió horas antes de la votación que el Congreso pospusiera su decisión y organizara un referéndum.

El martes, en un hecho inusual, senadores, empresarios y conductores de radio y televisión sostuvieron un debate sobre la reforma en el que los dueños de las emisoras se quejaron de que estos cambios representaban casi una expropiación y que pondrían en riesgo de quiebra a 950 radiodifusoras.

Durante las campañas presidenciales los partidos políticos pagaron el año pasado unos $188 millones por propaganda en medios electrónicos, además de que no fueron reportados los gastos que hicieron por la difusión de 281,000 cápsulas publicitarias.

Con los cambios a varios artículos de la Constitución el Instituto Federal Electoral (IFE) administrará los tiempos que corresponden al Estado para difundir en la radio y televisión propaganda política durante la campañas, por lo que queda prohibido a los partidos comprar espacios en esos medios.

Para evitar las "campañas sucias" las estaciones de radio o de televisión no podrán difundir mensajes pagados por terceros para tratar de influir en el electorado.

El año pasado México vivió una confrontación política entre la izquierda y la derecha que polarizó a la sociedad, y al final ganó la Presidencia el conservador Felipe Calderón con una diferencia de 0.56 por ciento de los votos por arriba del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien aún reclama que fue víctima de un fraude electoral.

La reforma aprueba las candidaturas independientes y la salida del presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, quien fue duramente criticado por la izquierda mexicana que lo acusó de avalar un supuesto fraude en las presidenciales de 2006.

Ugalde había defendido su permanencia en el IFE argumentando que la autonomía de ese instituto "está en riesgo" si se permite remover a los nueve consejeros de la institución antes de su mandato que concluirá en 2010.

De acuerdo a la reforma, Ugalde y dos consejeros saldrán del IFE este año, tres consejeros más en 2008 y los tres restantes quedarían hasta 2010.

También se crea una contraloría, designada por los diputados para revisar las finanzas del máximo órgano electoral.

El dictamen será enviado a la Cámara de Diputados y, en caso de ser aprobado, a los congresos de los 31 estados que tiene el país.

Los partidos políticos mexicanos "juegan con fuego" al buscar deshacerse de la dirección del Instituto Federal Electoral (IFE) mediante la reforma de una institución "indispensable para la joven y frágil democracia mexicana", opinó el diario The New York Times.

"Árbitro de las elecciones mexicanas, el instituto electoral dio legitimidad a un proceso cuestionado por décadas de fraude electoral generalizado y régimen de facto de partido único de facto", indica el rotativo en un editorial.

Según el diario, "los partidos políticos mexicanos están jugando con el fuego, utilizando la excusa de una reforma para tratar de destituir al consejo directivo del autónomo IFE, incluyendo su presidente Luis Carlos Ugalde".

"No sorprendentemente", agrega, los dos partidos que perdieron las elecciones el año pasado, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Andrés Manuel López Obrador, y el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quieren deshacerse del equipo de Ugalde.

"Esa no es la forma en que se supone debe darse el juego democrático", aunque el presidente Felipe Calderón y su partido sean al parecer favorables a la medida, para superar el desorden resultante de las cuestionadas elecciones y a cambio del respaldo del PRI a la reforma fiscal que impulsa el presidente.

"Deshacerse de los miembros directivos del IFE antes del fin de su mandato en 2010 sería burlarse de la autonomía que protege al instituto y al sistema electoral de México de las extravagancias de la política mexicana".

El New York Times reconoce que el IFE "cometió errores", incluyendo su incapacidad "para impedir la propaganda de campaña ilegal por parte de grupos empresariales", irregularidades que sin embargo no alteraron el resultado.

Según el diario, México debería limitarse a una "sana discusión sobre lo que salió mal" en las elecciones para evitar repetir los errores. "Pero echar a los consejeros del IFE sólo ayudaría a socavar las bases de una institución que demostró ser indispensable para la joven y frágil democracia mexicana".

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