Tucson (Arizona), 25 jun (EFE).- A pesar de los esfuerzos del Gobierno de los Estados Unidos y de diversas organizaciones humanitarias, las muertes de inmigrantes indocumentados continúan en aumento en la frontera de Arizona y Sonora (México).
En lo que va de junio, las autoridades han recuperado los cuerpos de al menos 15 inmigrantes indocumentados, lo que podría significar un trágico augurio para la temporada de verano, época donde se registra gran parte de los decesos.
Desde la semana pasada, las temperaturas en la zona desértica han superado diariamente los tres dígitos lo que incrementa aún más las probabilidades de muerte para aquellos que arriesgan sus vidas en busca de una vida mejor en los Estados Unidos.
La Coalición de los Derechos Humanos de Arizona informó que desde que comenzó el año fiscal y hasta el pasado 31 de mayo, se han registrado por lo menos 114 muertes de indocumentados en la frontera de Arizona, 15 más que el mismo período de 2006.
Desde el año 2000, cuando comenzó a incrementarse el flujo migratorio y con ello el número de muertes a través del desierto de Arizona, se iniciaron múltiples esfuerzos por disminuir los decesos, pero a pesar de estos cada año se establece un nuevo y triste récord.
Durante ese año fiscal, en el sector Tucson de la Patrulla Fronteriza, que abarca el 90 por ciento de la frontera de Arizona, se registraron 74 fallecimientos.
En 2001 la cifra se elevó a 79, en 2002 subió a 134, mientras que en 2003 y 2004, se reportaron 141 y 216 decesos respectivamente.
Solamente en 2006 y por primera vez en varios años, se experimentó un descenso en las muertes al registrarse oficialmente 164 fallecimientos dentro del sector Tucson.
Sin embargo estas cifras han sido cuestionadas por activistas y defensores de los derechos humanos de los inmigrantes.
Desde que comenzó el presente año fiscal y hasta el pasado 31 de mayo, la Patrulla Fronteriza ha contabilizado las muertes de 88 inmigrantes indocumentados.
Mientras que poco más de 2.000 agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan la frontera de Arizona, diversas organizaciones como el grupo humanitario No más muertes inició este mes recorridos de voluntarios a través del desierto en busca de indocumentados que se encuentren en peligro de morir.
Los samaritanos que cada año establecen un campamento improvisado cerca de la población de Arivaca, entregan agua, comida y ayuda médica a los inmigrantes.
Mientras que otros grupos continúan con sus esfuerzos como Fronteras Compasivas, que desde su fundación en 2000, han colocado más de 80 estaciones de agua a lo largo de la frontera de Arizona, especialmente en las zonas más apartadas del desierto, donde se registran el mayor número de muertes de inmigrantes.
"Varias organizaciones estamos trabajando para disminuir las muertes, pero mientras no haya un cambio profundo en la política migratoria, no creo que podamos ver resultados", dijo Kat Rodríguez, vocera de la Coalición de los Derechos Humanos de Arizona.
Rodríguez asegura estar cansada de cada año tener que tallar docenas de cruces de madera las cuales llevaran los nombres de los indocumentados fallecidos durante la procesión de Día de Muertos que organizan.
La activista apunta a la continua militarización de la frontera como la principal causa de las muertes de los indocumentados.
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