Un mexicano que fue héroe y villano
CIUDAD DE MÉXICO – Una de las figuras más polémicas de la Revolución Mexicana es Pancho Villa, un caudillo considerado por algunos como feroz, y temible bandido y para otros un luchador inteligente, noble y justo.
Pero cualquiera que sea la personalidad que haya tenido, Doroteo Arango, su verdadero nombre, se convirtió en una leyenda que hubiera cumplido 130 años este 5 de junio.
El puente internacional que divide a Estados Unidos y México, ahí en Ciudad Juárez, se convirtió en 1913 en centro de atracción para decenas de personas, casi tres años después de que hubiera estallado la Revolución Mexicana, el 20 de noviembre de 1910.Semanas después, este hombre se convertiría en amo y señor del norteño estado de Chihuahua y las medidas que realizó a favor de los pobres hicieron que se ganara el sobrenombre de Robin Hood, apodo que le dio el periodista John Reed, uno de los creadores de la leyenda de Villa.
"En tiempos de hambre, él alimentó a comarcas enteras, y cuidó de los pueblos desalojados por los soldados... Por todas partes se le conocía como el amigo de los pobres.
El Robin Hood mexicano", afirma Reed en su libro México Insurgente.
El carácter de este hombre era sumamente visceral, tal vez de ahí surge la polémica.
“Al parecer era de carácter muy violento, no le agradaba a mucha gente, pero también tuvo grandes logros, la invasión de Colombus, la primera invasión que se hizo en EU por una parte del Ejército mexicano”, comenta Axel Ramírez, historiador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Según Reed, Villa no confiaba en nadie.
Aprendió el arte de la guerra a través de cabalgatas nocturnas en las que burlaba a un compañero que lo seguía en campos desolados.
Nadie conocía sus planes hasta el momento de ejecutarlos, hacía guardias a los centinelas de sus tropas para ver si cumplían con su deber.
"Villa empieza como un bandolero, enseñado a ser agresivo y obviamente tiene que andarse escondiendo.
Después cuando defiende a Francisco I. Madero, para ojos de muchas personas se convierte en un héroe.
Era un hombre grandes facetas.
Para algunos despierta odios y para otros simpatías”, explica Ramírez.Su conquista de México la inició en abril de 1913, cuando dejó El Paso, Texas, "con cuatro compañeros, dos caballos, un kilo de azúcar y de café y medio kilo de sal".
En un mes organizó un ejército de tres mil hombres. En seis meses tomó Torreón y en siete evacuó Chihuahua de los federales.
Algunos expertos lo comparan con Emiliano Zapata.
“Los que lo veían con simpatía lo veían como defensor despueblo. Zapata tenía un plan más definido que Villa, él iba más por la defensa de la tierra., Villa andaba un poco entre la educación, atender a los peones, no era tan claro su plan de acción”, argumenta Ramírez.
Según los historiadores fue el mismo Villa quien se encargó de difundir su imagen al verse a sí mismo como una víctima del sistema social... vivía más como un malhechor.
“Era un villano, cuatrero, roba ganado y era un individuo que no se tentaba el corazón para matar y luego al paso de tiempo se ha venido redimiendo la figura hasta ser un personaje heroico”, asegura el historiador Ricardo Orozco, autor del libro Francisco Villa.
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