domingo, 27 de abril de 2008

Las peleas de gallos, una tradición de sangre y dinero en la mayor feria de México


Aguascalientes (México), 27 abr (EFE).- Al amor y odio que levantan las corridas de toros, la Feria de San Marcos, la mayor y más antigua de México, suma las polémicas peleas de gallos, legales sólo durante la fiesta para mostrar una arraigada tradición que mueve muchísimo dinero en apuestas.

La lucha entre dos gallos entrenados especialmente para matar en menos de veinte minutos al contrincante, provistos sólo de pico y garras, fue llevada a América por el conquistador Hernán Cortés, quien organizó la primera pelea de gallos para impresionar al emperador azteca Moctezuma.

Desde finales de abril hasta el próximo 18 de mayo, la Feria de San Marcos, en el estado central de Aguascalientes, acoge una de las festividades más tradicionales del país que tiene a los toros y a los gallos como principales protagonistas.

Sólo en este tipo de ferias es legal organizar peleas de gallos y apostar por el triunfo de uno de los dos animales en pugna.

Según la Asociación de Criadores de Aves de Casta, anualmente la Secretaría de Gobernación de México otorga unos 4.500 permisos para celebrar estos espectáculos, aunque son incalculables los combates clandestinos.

En el "Palenque del Sol" de Aguascalientes, uno de los mayores recintos del país para estos eventos, con capacidad para más de 5.000 personas, el corredor Alejandro Cruz indicó a Efe que la apuesta mínima en una pelea es de 1.000 pesos (unos 94 dólares/60 euros), aunque habitualmente un aficionado se juega unos 20.000 pesos (unos 1.800 dólares/1.150 euros) por combate.

El tipo de apuestas de la mayoría de palenques mexicanos es "pareja", es decir, ganas el cien por ciento de lo apostado menos el diez por ciento de impuestos.

Jorge Montero, juez de peleas de gallos en esta feria desde hace más de 45 años, explicó a Efe que picar, morder o perseguir es la forma en que un gallo gana puntos en una pelea, que usualmente termina cuando uno de los animales muere.

Sin embargo, como el combate no puede durar más de veinte minutos, un gallo también puede perder por huir de su adversario o por "fondo", es decir, cuando cae al suelo por cansancio, fatiga o heridas en el combate.

A veces un gallo gana a pesar de resultar muerto si el otro ha huido cuando su contrincante estaba moribundo.

La pelea no es un enfrentamiento constante, ya que el juez separa cada cierto tiempo a los combatientes, como si de asaltos de boxeo se tratara, y los dueños del animal los recogen para volverlos a lanzar el uno contra el otro.

En ocasiones, los galleros aprovechan estos segundos para hacer el boca a boca al animal, ya que la resistencia y la supervivencia son fundamentales para alcanzar la victoria.

Según las reglas del combate de esta feria, los gallos no pueden llevar aceites especiales o espolones artificiales y las únicas armas autorizadas son el pico y las garras.

Entre ferias, cuando no hay peleas, los galleros preparan a sus animales sometiéndoles a una estricta dieta, los desparasitan y los descrestan.

Además, se les pone en forma con entrenamientos en los que se ayudan de llamativas pelotas de colores para que practiquen sus ataques.

A la pelea, el gallo acude con el estómago vacío porque de esta forma son más bravos y atacan con mayor ferocidad, explicó Montero.

Para Alejandro Ceja, propietario de varios criaderos de gallos en México y Estados Unidos, los gallos de pelea "son auténticos deportistas, sometidos a un estricto acondicionamiento físico y una preparación para tener más rendimiento".

El costo de un ejemplar de calidad oscila entre los 500 a 3.000 dólares (319 a 1.919 euros), importe que alcanzan los mejores sementales usados para la reproducción.

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