Reprobó a quienes critican a sacerdotes
CIUDAD DE MÉXICO - El arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera, llamó "prostitutas y prostitutos de la comunicación" a los periodistas que "matan la fama de los demás" al generalizar cuando hablan de actos ilícitos de sacerdotes, en declaraciones reproducidas el martes.
Una víbora que mata a los demás
Hay "gente que mata la dignidad, el buen nombre de las personas, verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación y no les importa si sean inocentes o no, con su sentencia ellos juzgan, ellos condenan", dijo el religioso durante la visita a una cárcel de mujeres de la Ciudad de México.
"Para ellos no hay más justicia que la que ellos dictan", añadió.
A continuación, entrevistado por los medios presentes en el acto, precisó que no se refería a todos los reporteros, sino a los que generalizan las actividades ilícitas de algunos sacerdotes, según el diario La Jornada.
Los periodistas, dijo Rivera a las reclusas del penal de Santa Martha Acatitla, "no matan el cuerpo del hombre, pero es una víbora que mata la fama de los demás", y lamentó que las reas estén en prisión mientras que los comunicadores que destrozan reputaciones están afuera.
El pasado fin de semana, Rivera criticó la falta de voluntad política, de compromiso histórico y de sinceridad que priva en la sociedad, y que a todo le puede dar la vuelta y es criticable pues nada le convence.
Durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el también arzobispo primado de México aseguró que para el que no quiere entrar en la dinámica de la esperanza siempre hay una excusa al alcance de la mano.
"Siempre encontramos justificaciones para no sentirnos interpelados, para no colaborar con los demás, para no entrar en la dinámica de la esperanza, del compromiso a favor de los demás y finalmente para hacer lo que se nos pega la gana, lo que satisface nuestro egoísmo o favorece a nuestro grupo o partido", dijo.
Insistió en que quienes adoptan esa actitud critican todas las propuestas y buscan motivos, justificaciones y excusas para no cambiar y abrir su corazón a los demás para ofrecerles reconciliación y poco de ayuda a los necesitados y abandonados.
"A todo se le puede dar la vuelta. Es la prueba de la falta de sinceridad. Hoy diríamos falta de voluntad política, falta de compromiso histórico, nada convence, todo es criticable", subrayó.
El prelado convocó a los católicos a no caer en la desesperanza ni en el derrotismo, a pesar de ser "sabedores de los problemas que nos rodean por todas partes y conscientes de nuestras responsabilidades".
Más bien, añadió, hay que dejarse invadir por la alegría y la esperanza, confiar en la vida y en la historia, pues dijo que los católicos lo menos que pueden hacer es amar la existencia humana, proclamar su fe y esperanza en la vida eterna.
Pidió ser pacientes y a mantener el ánimo firme, "fortalecer las manos cansadas, afianzar las rodillas vacilantes, infundir ánimo a los de corazón apocado", pues advirtió que estas actitudes nada tiene que ver con la indiferencia, las posturas derrotistas o la abdicación.
CIUDAD DE MÉXICO - El arzobispo primado de México, el cardenal Norberto Rivera, llamó "prostitutas y prostitutos de la comunicación" a los periodistas que "matan la fama de los demás" al generalizar cuando hablan de actos ilícitos de sacerdotes, en declaraciones reproducidas el martes.
Una víbora que mata a los demás
Hay "gente que mata la dignidad, el buen nombre de las personas, verdaderas prostitutas, verdaderos prostitutos de la comunicación y no les importa si sean inocentes o no, con su sentencia ellos juzgan, ellos condenan", dijo el religioso durante la visita a una cárcel de mujeres de la Ciudad de México.
"Para ellos no hay más justicia que la que ellos dictan", añadió.
A continuación, entrevistado por los medios presentes en el acto, precisó que no se refería a todos los reporteros, sino a los que generalizan las actividades ilícitas de algunos sacerdotes, según el diario La Jornada.
Los periodistas, dijo Rivera a las reclusas del penal de Santa Martha Acatitla, "no matan el cuerpo del hombre, pero es una víbora que mata la fama de los demás", y lamentó que las reas estén en prisión mientras que los comunicadores que destrozan reputaciones están afuera.
El pasado fin de semana, Rivera criticó la falta de voluntad política, de compromiso histórico y de sinceridad que priva en la sociedad, y que a todo le puede dar la vuelta y es criticable pues nada le convence.
Durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el también arzobispo primado de México aseguró que para el que no quiere entrar en la dinámica de la esperanza siempre hay una excusa al alcance de la mano.
"Siempre encontramos justificaciones para no sentirnos interpelados, para no colaborar con los demás, para no entrar en la dinámica de la esperanza, del compromiso a favor de los demás y finalmente para hacer lo que se nos pega la gana, lo que satisface nuestro egoísmo o favorece a nuestro grupo o partido", dijo.
Insistió en que quienes adoptan esa actitud critican todas las propuestas y buscan motivos, justificaciones y excusas para no cambiar y abrir su corazón a los demás para ofrecerles reconciliación y poco de ayuda a los necesitados y abandonados.
"A todo se le puede dar la vuelta. Es la prueba de la falta de sinceridad. Hoy diríamos falta de voluntad política, falta de compromiso histórico, nada convence, todo es criticable", subrayó.
El prelado convocó a los católicos a no caer en la desesperanza ni en el derrotismo, a pesar de ser "sabedores de los problemas que nos rodean por todas partes y conscientes de nuestras responsabilidades".
Más bien, añadió, hay que dejarse invadir por la alegría y la esperanza, confiar en la vida y en la historia, pues dijo que los católicos lo menos que pueden hacer es amar la existencia humana, proclamar su fe y esperanza en la vida eterna.
Pidió ser pacientes y a mantener el ánimo firme, "fortalecer las manos cansadas, afianzar las rodillas vacilantes, infundir ánimo a los de corazón apocado", pues advirtió que estas actitudes nada tiene que ver con la indiferencia, las posturas derrotistas o la abdicación.
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