Oaxaca (México).- Más de un centenar de niños, hortelanos y floricultores del estado mexicano de Oaxaca han echado a volar su imaginación estos días al modelar con rábanos, flores y hoja de maíz motivos tradicionales y navideños en la Noche de Rábanos.
Surgida como reclamo para tenderos y pequeños comerciantes de la ciudad de Oaxaca en los días previos a la Navidad, esta fiesta popular culmina hoy con un concurso que desde hace 110 años premia las mejores creaciones.
Desde el 23 de diciembre de 1897 el concurso de la Noche de Rábanos se celebra en la plaza principal de Oaxaca, capital del estado del mismo nombre, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde existe una cultura popular extraordinariamente rica.
La ciudad vive en buena medida del turismo pero ha visto decaer las visitas este año después de que en 2006 un levantamiento popular contra el gobernador Ulises Ruiz derivara en una grave crisis social que dejó al menos una veintena de muertos en el estado.
Para la edición 2007 de la Noche de Rábanos se cosechó una tonelada de esta hortaliza en una parcela del gobierno estatal a donde los hortelanos acudieron estos días para obtener su ración de esta raíz rojiblanca y empezar a darle forma.
Este año los mayores ejemplares cultivados miden hasta cincuenta centímetros de alto y pesan unos tres kilogramos.
En entrevista con Efe uno de los jurados calificadores del concurso, Rubén Vasconcelos Beltrán, cuenta el origen de la fiesta, que comenzó en el mercado de vigilia de la Navidad de los oaxaqueños, donde éstos buscaban las viandas que consumirían el día de Nochebuena.
En los puestos los manjares eran el pescado seco y ciertas verduras necesarias que se consumían en la comida de la víspera navideña.
Con el propósito de hacer más atractivos sus puestos, los hortelanos empezaron a crear figuras con los rábanos, adornándolos con hojitas de coliflor y florecitas hechas de cebollas tiernas, expresa Vasconcelos.
Con el tiempo se convirtió en una tradición que las amas de casa buscaran hacerse con esas figurillas para adornar la mesa de sus hogares.
En principio para aquel concurso sólo se empleaban rábanos pero en los últimos quince años se han creado dos categorías nuevas con creaciones de flor inmortal y totomoxtle (hoja de maíz).
Actualmente se pretende que desde pequeños los hortelanos y floricultores que participen "exhiban su talento artístico" en trazos y caprichosos diseños que ellos mismos elaboran, dice Vasconcelos.
En un libro sobre la Noche de Rábanos el escritor Alejandro Méndez Aquino, cuenta cómo el alcalde Francisco Vasconcelos y el concejal Rodolfo Lavié fueron los impulsores del concurso.
Los participantes sólo pueden presentar figuras con motivos tradicionales autóctonos y abordar como tema central tradiciones y costumbres de las distintas regiones del estado, uno de los de mayor diversidad étnica en el país.
En este año participarán un 104 adultos y 50 niños que desde el viernes han estado tallando las "calendas", como se conoce a un tipo de desfiles populares con carrozas donde se baila, se toma mezcal y se regala frutas y dulces, o figuras típicas, como la del danzante de la pluma, que se mueve al ritmo de un son indígena.
Hay quien opta por hacer nacimientos navideños, escenas que representan a la Virgen de la Soledad, o a personas trabajando en el campo.
Este año el alcalde de la ciudad de Oaxaca, Manuel de Esesarte, solicitó a todos los participantes que sus trabajos respeten los motivos culturales tradicionales.
El fallo final del concurso se conocerá la noche de mañana después de que hayan recorrido todos los puestos los miembros del jurado.
Los premios en metálico oscilarán entre los 13.000 pesos (1.180 dólares) a la mejor creación en la categoría de rábanos, hasta las bicicletas y diplomas que se llevan los ganadores en las categorías infantiles.
Surgida como reclamo para tenderos y pequeños comerciantes de la ciudad de Oaxaca en los días previos a la Navidad, esta fiesta popular culmina hoy con un concurso que desde hace 110 años premia las mejores creaciones.
Desde el 23 de diciembre de 1897 el concurso de la Noche de Rábanos se celebra en la plaza principal de Oaxaca, capital del estado del mismo nombre, una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde existe una cultura popular extraordinariamente rica.
La ciudad vive en buena medida del turismo pero ha visto decaer las visitas este año después de que en 2006 un levantamiento popular contra el gobernador Ulises Ruiz derivara en una grave crisis social que dejó al menos una veintena de muertos en el estado.
Para la edición 2007 de la Noche de Rábanos se cosechó una tonelada de esta hortaliza en una parcela del gobierno estatal a donde los hortelanos acudieron estos días para obtener su ración de esta raíz rojiblanca y empezar a darle forma.
Este año los mayores ejemplares cultivados miden hasta cincuenta centímetros de alto y pesan unos tres kilogramos.
En entrevista con Efe uno de los jurados calificadores del concurso, Rubén Vasconcelos Beltrán, cuenta el origen de la fiesta, que comenzó en el mercado de vigilia de la Navidad de los oaxaqueños, donde éstos buscaban las viandas que consumirían el día de Nochebuena.
En los puestos los manjares eran el pescado seco y ciertas verduras necesarias que se consumían en la comida de la víspera navideña.
Con el propósito de hacer más atractivos sus puestos, los hortelanos empezaron a crear figuras con los rábanos, adornándolos con hojitas de coliflor y florecitas hechas de cebollas tiernas, expresa Vasconcelos.
Con el tiempo se convirtió en una tradición que las amas de casa buscaran hacerse con esas figurillas para adornar la mesa de sus hogares.
En principio para aquel concurso sólo se empleaban rábanos pero en los últimos quince años se han creado dos categorías nuevas con creaciones de flor inmortal y totomoxtle (hoja de maíz).
Actualmente se pretende que desde pequeños los hortelanos y floricultores que participen "exhiban su talento artístico" en trazos y caprichosos diseños que ellos mismos elaboran, dice Vasconcelos.
En un libro sobre la Noche de Rábanos el escritor Alejandro Méndez Aquino, cuenta cómo el alcalde Francisco Vasconcelos y el concejal Rodolfo Lavié fueron los impulsores del concurso.
Los participantes sólo pueden presentar figuras con motivos tradicionales autóctonos y abordar como tema central tradiciones y costumbres de las distintas regiones del estado, uno de los de mayor diversidad étnica en el país.
En este año participarán un 104 adultos y 50 niños que desde el viernes han estado tallando las "calendas", como se conoce a un tipo de desfiles populares con carrozas donde se baila, se toma mezcal y se regala frutas y dulces, o figuras típicas, como la del danzante de la pluma, que se mueve al ritmo de un son indígena.
Hay quien opta por hacer nacimientos navideños, escenas que representan a la Virgen de la Soledad, o a personas trabajando en el campo.
Este año el alcalde de la ciudad de Oaxaca, Manuel de Esesarte, solicitó a todos los participantes que sus trabajos respeten los motivos culturales tradicionales.
El fallo final del concurso se conocerá la noche de mañana después de que hayan recorrido todos los puestos los miembros del jurado.
Los premios en metálico oscilarán entre los 13.000 pesos (1.180 dólares) a la mejor creación en la categoría de rábanos, hasta las bicicletas y diplomas que se llevan los ganadores en las categorías infantiles.
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