viernes, 25 de mayo de 2007

Secuestro virtual en México

Usa amenazas para obtener dinero

MEXICO - "¡Papá!, ¡papá!, ¡papá!", fueron las primeras palabras que Rodolfo Melchor escuchó en su teléfono celular. Luego, otra voz le dijo: "Mi amor, soy yo. Me secuestraron".

Plagio se expande en México

Hacía un instante, Melchor, quien repara máquinas de oficina, se tomaba un descanso con su asistente. Ahora, estaba escuchando por el teléfono que su esposa de 29 años y su hijo de seis estaban secuestrados.

Melchor colgó de inmediato y llamó a la policía, que acudió a su casa y confirmó que el secuestro era falso. Su esposa y sus tres hijos estaban a salvo.

Pero los 30 minutos transcurridos entre la llamada y la confirmación de que no había secuestro fueron los peores que ha pasado Melchor en su vida. "Mi cabeza estaba dando muchas vueltas", dijo Melchor, de 38 años.

"La diferencia (entre la voz de la mujer que llamó y la de la esposa) no la noté, porque estaba en algún tipo de 'shock'".

La familia Melchor fue víctima de un "secuestro virtual o sicológico".

Se trata de un falso secuestro cuyo fin es engañar a alguien para que pague un rescate sin que ninguno de sus seres queridos esté cautivo.

El arma o herramienta principal de este tipo de secuestro no es una pistola, un cuchillo, una soga ni una mordaza, sino un teléfono, utilizado por los delincuentes para hacer sus amenazas.

Piratas informáticos

México, Brasil, Argentina y Guatemala, países con una alta tasa de secuestros, son azotados ahora por los secuestradores virtuales, que se han aprovechado del uso creciente de teléfonos celulares y de un acceso más fácil a las bases de datos con información personal de la población.

Los secuestradores virtuales invaden las bases de datos como piratas informáticos o se hacen pasar por trabajadores de servicios públicos, en una llamada telefónica, a fin de obtener información sobre las víctimas potenciales.

Posteriormente, vigilan los hábitos de la familia y eligen el momento en que alguien no está en casa para llamar.

Otro método consiste en robarle a alguien su teléfono móvil, marcar el número registrado como "casa", "mamá" o "papá" en la agenda y decirle a la persona que conteste que el propietario del celular está secuestrado.

Los autores de los secuestros virtuales, frecuentemente reos desde las cárceles, suelen aparentar que son trabajadores de emergencias en el lugar de un accidente.

Preguntan si algún familiar no está en casa.

Si no lo está, anunciarán que no hubo accidente alguno y que en realidad han secuestrado a la persona ausente.

En algunos casos, los autores no se toman siquiera la molestia de aparentar un secuestro. En vez de ello amenazan con secuestrar a alguien si no se paga cierta cantidad de dinero, una táctica utilizada cientos de miles de veces al año en Irak, país plagado por los secuestros.

"Le hacen creer que saben todo lo que hacen, dónde estudian sus hijos, dónde trabajan y todos sus movimientos diarios", dijo Nery Morales, portavoz de una prisión en Guatemala.

Arturo Arango, investigador del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, una organización no gubernamental con sede en la Ciudad de México, dijo que los secuestros virtuales se han convertido en algo de todos los días.

Según Arango, los delincuentes descubrieron que amenazar a la gente por teléfono daba resultado y era un delito fácil de cometer.

Luego, otros comenzaron a imitar la táctica."Esto genera un tipo de miedo y genera una psicosis", dijo Arango.

Los autores del delito son muchas veces secuestradores o pandilleros encarcelados, dicen los expertos.

Los delincuentes que están fuera de la prisión suelen exigir dinero, mientras que los reos normalmente demandan que las víctimas les dicten la clave de alguna tarjeta de servicios de prepago de telefonía celular.

Esas claves numéricas, que pueden teclearse en cualquier celular, permiten que los prisioneros hagan llamadas gratuitas, que no pueden rastrearse.

Los reos pueden usar las claves como efectivo, para cambiarlas por bienes, o simplemente cobran a otros presos tarifas exorbitantes por usar su teléfono celular.

La clave está en hacer que las víctimas paguen el rescate mientras se hallan todavía lo suficientemente aturdidas y asustadas para creer en las amenazas.

Aunque Melchor no pagó el rescate, sufrió altos niveles de tensión emocional. Cuando llegó finalmente a su casa, su esposa estaba muy alterada, porque la policía se confundió y le dijo que él estaba secuestrado.

Un secuestro virtual en Argentina, ocurrido en marzo, tuvo consecuencias incluso más funestas. En la ciudad noroccidental de Quilmes, un hombre de 71 años falleció de un infarto cardíaco poco después de recibir una llamada, en la que se le dijo que su hijo se hallaba secuestrado.

El hombre pagó un rescate de 970 dólares a los falsos secuestradores y después cayó muerto en su cocina, informó el diario Clarín en su página de internet.

La víctima fue encontrada por su hijo, quien nunca estuvo cautivo.

Es difícil encontrar estadísticas oficiales sobre el secuestro virtual, en parte porque el delito no está tipificado en la mayoría de los códigos penales.

Los casos suelen considerarse robo, fraude o asalto.

Además, las víctimas de la delincuencia en América Latina rara vez presentan una denuncia, pues consideran que la policía es inepta o corrupta.

Muchos temen que los delincuentes tomen represalias o se sienten avergonzados por haber caído en el engaño.

En Brasil, la policía estatal de Sao Paulo recibió al menos 3.000 denuncias de secuestro virtual entre el 1 de enero y el 14 de febrero, de acuerdo con la prensa brasileña.

Las autoridades han realizado algunos intentos por combatir el delito.

México y Guatemala han tratado en repetidas ocasiones de bloquear la señal de los teléfonos celulares en las cárceles.

Las autoridades mexicanas han ofrecido además una línea telefónica para denunciar secuestros virtuales y han publicado en una página de internet los números telefónicos de las prisiones, con la intención de ayudar a que la gente detecte los engaños.

Pero en una región donde diariamente ocurren secuestros reales, los virtuales seguirán aumentando, advierten los expertos.

"Lo más preocupante es que no tenemos una forma efectiva de combatir esto", dijo Arango.

1 comentario:

Anónimo dijo...

he sido victima de intimidacion por telefono ya que marcaron a micasa y enlazaron la llamada a mi trabajo diciendo que pertenecen a una empresa llamada ideas y soluciones me dijeron que me iban a secuestrar a un familiar si no pagaba cirta cantidad de dinero

tengan cuidado con este tipo de engaños reportenlo a cualquier autoridad